Esto está bien saberlo para nosotros mismos, por aquello de los "espermatozoides de baja calidad o vagos".
El objetivo era ver si los hábitos alimentarios podrían condicionar los parámetros seminales en jóvenes sanos. Y nunca mejor dicho
Los participantes fueron voluntarios que estaban realizando sus estudios universitarios en Rochester (EE.UU) entre 2009 y 2010. La primera fase del estudio contó con 188 varones, de quienes se obtuvieron tanto los parámetros espermáticos como los hábitos alimenticios, estos últimos gracias a un cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos estandarizado.
Los dos hábitos de consumo que se identificaron fueron “prudente” o también llamado “mediterráneo” y “occidental”. El occidental es a base de comida basura.
Aunque la dieta no parece tener un impacto sobre la forma o el número de espermatozoides, la movilidad sí resultó afectada. Así, las dietas “occidentales” se relacionaron con una reducción en el movimiento, incluso tras tomar en cuenta factores como la etnia o raza, los antecedentes de tabaquismo y el índice de masa corporal (IMC).
Varios trabajos anteriores también relacionaron la ingesta de frutas y verduras, ricas en vitaminas, con una mejor calidad seminal. La hipótesis de partida es que los antioxidantes contenidos en dichos alimentos podrían ayudar a mejorar, o al menos preservar, esta calidad espermática, evitando principalmente los procesos de estrés oxidativo.
Así que ya saben, fruta y verdura para que el órgano reproductivo masculino de procreación funcione a la primera.
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